miércoles, 9 de mayo de 2012

Escuelas Infantiles de Barcelona, en huelga

Leo con atención que las escuelas infantiles de Barcelona han amanecido hoy en 'pie de guerra', una situación que durará tres días y cuenta con el apoyo de familias, maestros y personal de apoyo. Cuentan que el consistorio anunció hace unos meses que aumentaría la ratio de niños por maestro (esto es, el número de niños por aula), reduciría el personal de apoyo educativo a mediodía y externalizaría la gestión de tres nuevas escuelas.

Desde entonces se han hecho caceroladas, concentraciones, fiestas reivindicativas y recogida de firmas (captando unas 25.000). Y ahora la huelga...



Lo cierto es que todo esto lleva muchísimo tiempo dándose en la ciudad en la que vivo. Y con la misma excusa: la de crear más plazas sin, supuestamente, empeorar la calidad del servicio. De hecho diría que en Madrid se cuentan con los dedos de las manos las escuelas públicas cuya gestión ya no dependen de empresas externas, con todo lo que eso conlleva.

Al empobrecimiento de unas condiciones laborales de los responsables de este ámbito (algo que incluso podríamos considerar secundario) se le unen el incremento de los precios, la dismunución de la calidad de los servicios ofertados (como la comida, que parece una tontería pero ya se han dado casos sangrantes en este aspecto) o la imposibilidad de dar una atención adecuada a la que merecen niños tan pequeños, con el correspodiente aumento de riesgos que eso conlleva.

Afortunadamente, ya hace tiempo que estos centros dejaron de ser lugares en el que 'aparcar' a los niños para poder ofrecerles una educación temprana, aunque a algunos se les sigue olvidando que son vidas humanas (y muy chiquititas) las que tenemos entre manos.
 Sin embargo, lo más triste de todo es tener que admitir que el hecho de que para algunos estos pequeños (y por qué no decirlo, las personas que se encuentran a su cargo también) son sólo un negocio ya no sea la parte que más me sorprende de la historia, sino la pasividad con la que hemos abordado este tema en mi comunidad los profesionales del sector y las familias afectadas.

En otras palabras, me duele profundamente lo poco que hemos luchado para defender lo que teníamos, desde que poco a poco comenzó a degradarse la educación infantil pública con pequeños detalles hasta que directamente se lograra alcanzar el punto más álgido del proceso dándosele, sin tapujos ni adornos de ningún tipo, más importancia al proyecto económico que al educativo.

Por eso apoyo y hasta envidio a todos esos educadores que están de huelga. Ojalá ellos si consigan detener todo esto a tiempo.

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