viernes, 13 de septiembre de 2013

De vergüenza


Leo indignada en la prensa un par de noticias relacionadas con las penurias que tienen que pasar algunos niños para poder hacer realidad uno de sus derechos fundamentales: el del acceso a la educación. Por desgracia, el pan de cada año, aunque últimamente la cosa se esté agravando por la crisis económica.

En el primero de ellos, el Colegio Público de Educación Infantil Son Rullan de Palma, han comenzado las clases sin mesas ni sillas y con unas goteras causadas por las lluvias de las últimas días, que serán arregladas lo "más pronto posible".

El segundo centro, el Bosc Pabordia de Girona, está compuesto por una serie de barracones que ni siquiera han sido acondicionados a tiempo, por lo que ha sido a padres y profesores a quienes les ha tocado una vez más dar el callo para que los alumnos pudieran incorporarse a las aulas, digamos en condiciones.


Lo de este país es de traca.

Sé que la situación no es nueva (es casi una tración ver casos asi con cada vuelta al cole) como también soy plenamente consciente de que estos dos centros educativos no so los únicos que sufren situaciones tan vergonzosas. De hecho, los hay que están incluso peor, aunque no salen en las noticias.

Me avergüenza sobremanera ver cómo los mismos políticos que (para lo que les interesa) se llenan la boca con palabras como "Constitución", "Estado de derecho", "Igualdad de oportunidades" o "Bienestar social" maltratan de esta manera un sistema educativo cada más denostado. Y todo al mismo tiempo que se gastan el dinero de los ciudadanos en candidaturas que no llegan a ninguna parte. O, peor aún, directamente lo roban.

Eso sí, para "informarnos" de lo afortunados que somos por contar con escuelas públicas (las pocas que han dejado sanas y salvas) y recordarnos lo mucho que le cuesta cada plaza, en este caso a la Comunidad de Madrid, les falta tiempo...

2 comentarios:

Norma2 dijo...

Por allí también!!!pensaba que en España no pasaba.
Besoss de una educadora

amelche dijo...

Lo gordo es que estas cosas pasaban cuando yo era pequeña (los padres tuvieron que turnarse para darnos clase a los niños de 4 años, hasta que el gobierno se dignó a enviar una maestra y estábamos en un sótano que no tenía ni tazas de wáter, sólo agujeros en el suelo) y en 40 años que tengo no hemos evolucionado nada.