miércoles, 30 de mayo de 2012

Mal@s educador@s

Todavía me encuentro bastante impactada a causa de la que fue una de las noticias del pasado lunes: el juicio a la que medios y periodistas ya han apodado como la Niñera Tóxica', una educadora infantil imputada por un delito contra la salud pública y por otro de lesiones por, supuestamente, de sedar al menos a nueve bebés en marzo de 2010 con la intención de evitar que le dieran demasiado trabajo..

A pesar de ella lo niega todo y pide su total absolución, la Fiscalía solicita para la acusada cuatro años de prisión por un delito contra la salud pública y la inhabilitación por igual tiempo para realizar cualquier ocupación laboral o de otro tipo que tenga que ver con menores, además de atribuirle cinco delitos de lesiones y solicitar, para cada uno de ellos, dos años de prisión —lo que hace un total de 10 años— y una inhabilitación para trabajar con menores por igual periodo de tiempo. 

Imagen de la cuidadora (de espaldas) tomada durante el juicio en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra (Foto: Salvador Sas / EFE).

No creo que sea necesario explicar por qué este tipo de noticias me producen escalofrios.

Aún teniendo que esperar a la resolución del caso para poder culpar o no a esta mujer y dejando claro de antemano que nada en esta vida puede compararse al daño, del tipo que sea, producido a un menor, siento que el eco que generan este tipo de sucesos nos hacen muchísimo daño a todos los que estamos implicados en el cuidado de cualquier pequeño.

Quienes más lo sufren son, obviamente, esos papás que ven incrementada su ansiedad al sentirse obligados a delegar en meros desconocidos el cuidado de lo más sagrado que tienen (especialmente si lo hacen por primera vez), aunque sea "sólo" durante unas horas al día. Por otro lado, los profesionales que recibimos una responsabilidad de tal magnitud también nos sentimos mal al ver cómo decrece la confianza en nuestro trabajo e incluso tenemos que escuchar generalizaciones injustas y desagradables.

Por desgracia, y tal y como ocurre en tantísimos ámbitos de esta vida, sigue siendo mayor el ruido que hacen los malos educadores que quienes tratamos de dar lo mejor de nosotros...

4 comentarios:

Tropiezos y trapecios dijo...

Pero eso pasa con todo, los malos, aunque sean minoría siempre dan mala fama a todo un gremio.

Si en verdad ha hecho esto que lo pague, porque no hay nada más deleznable que causar daño a alguien que no puede defenderse...no sé en qué puede pensar alguien que hace este tipo de cosas. No me cabe en al cabeza.

En fin.

Claro que hay educadores buenos, no podemos dejarnos influenciar por estas noticias porque estos casos son lo raro. O eso quiero creer...

De todas formas, tengo un sobrino de 4 años y a mi hermano jamás se le ocurriría dejarlo con un desconocido/a pero también es cierto que él tiene la suerte de contar con unos abuelos, unos tíos, etc... Quién no tiene esa suerte a ver que hace, porque hay que ganarse el pan para darle de comer y eso a veces implica que tengas que buscar alguien que cuide al niño y encontrar alguien de confianza es todo un reto...No puedo tampoco imaginarme que alguien sedase a mi sobrino, se me pone mal cuerpo solo de pensarlo...

Un abrazo

Oski

Juanjo Rubio dijo...

¡Qué situaciones más lamentables!
¿A dónde vamos a llegar?

Saludos

Perséfone dijo...

Oski - Antes de nada, ¿Te importa que te llame así a partir de ahora?

Resulta imposible no ponerse en el lugar de esos padres que "supuestamente" han tenido que sufrir en sus carnes esta barbaridad.

Pero puedes estar tranquilo. Al menos por lo que yo he visto SI son casos MUY excepcionales. Lo normal es comerte a tus niños... ¡¡a besos!!

Me ha encantado tu comentario.

Un abrazo.

Perséfone dijo...

El dinosaurio - ¡Qué alegría verte por aquí! Yo personalmente creo que ya hemos llegado bastante lejos como para encima tener que ir más allá todavía.

Siendo francos, gentuza de esta ha habido siempre (yo misma fui víctima de una de ellas de pequeña), aunque ahora contamos con la enorme labor de denuncia de los medios. No sólo hemos desterrado aquello de "la letra con sangre entra" sino que estos casos originan un revuelo tremendo en la sociedad.

Para que el camino recorrido no va en mala dirección, ¿no crees?